El sistema económico neoliberal es una de las tres fases que ha
tenido el capitalismo propiamente tal en la historia de la humanidad. El
capitalismo, al igual que el esclavismo, el feudalismo y el socialismo,
debe entenderse como un modo de producción. De acuerdo a la filosofía
marxista, estos regímenes económicos son fenómenos materiales. Es decir,
cada uno de ellos corresponde a cierto nivel de desarrollo de la
humanidad, es una consecuencia de este desarrollo, pero la voluntad
humana no ha intervenido en su creación. En consecuencia, el capitalismo
no es una invención humana, sino que se nos ha presentado al igual como
se nos presentan los fenómenos naturales, tales como terremotos,
temporales, apariciones de arco iris si se quiere mostrar un fenómeno de
la naturaleza no catastrófico.
Otra característica que Marx descubrió respecto de estos fenómenos
sociales, fue que en virtud del crecimiento de las fuerzas productivas,
un modo de producción se transforma en otro más elevado. Por ejemplo,
del feudalismo nace el capitalismo.
Señalemos sí que el hombre algo tiene que decir y hacer ante aquellos
fenómenos naturales que se presentan de manera independiente de su
voluntad. En este sentido, el marxismo no es estático, sino que por el
contrario es dinámico o dialéctico. De modo que si un determinado modo
de producción afecta negativamente a la humanidad, el ser humano no
esperará de brazos cruzados, y así ha sucedido a lo largo de la
historia, que una transformación milagrosa de la naturaleza cambie el
orden establecido.
Por supuesto, el capitalismo tiene sus causas, constituidas
principalmente por la revolución francesa y la revolución industrial
proveniente de Inglaterra con la invención de la máquina a vapor. Digo
principalmente, porque sin duda la derrota del sistema económico feudal
obedeció también a una fundamentación ideológica sin la cual,
posiblemente la aparición del capitalismo habría tardado algo o bastante
más en ocurrir.
Como señalan Marx y Engels en el Manifiesto Comunsista, la historia
de la humanidad es una suerte de relato de conflictos entre clases
sociales. Es lo que se conoce como lucha de clases. Entendiéndose como
clase social aquel grupo que cumple un determinado rol en la producción.
Es por ello que diferentes modos de producción están integrados por
diferentes clases sociales. En el caso del capitalismo, estas clases
sociales la integran los trabajadores poseedores de su fuerza de trabajo
y los capitalistas dueños de los medios de producción necesarios para
la elaboración de aquellos productos demandados por la sociedad.
No se puede dejar de mencionar que en el conflicto de clases que vió
nacer el sistema capitalista, la burguesía protagonízó el papel de clase
revolucionaria. Es así como los ideales de la revolución francesa,
libertad, igualdad y fraternidad, son los ideales de la burguesía que se
manifiestan de manera antagónica a la monarquía feudal.
Antes de referirnos al neoliberalismo que es el tema que nos convoca.
Señalemos que con posterioridad a las revoluciones inglesas del siglo
XVII, la francesa del siglo XVIII y de la independencia norteamericana,
se implantó en todos los países civilizados de la época un sistema
económico que se denominó liberalismo.
Comienzo del liberalismo
El liberalismo se basó en las libertades políticas y económicas de
las personas. En este orden postuló el libre mercado, basado en el libre
juego de la oferta y la demanda como único regulador de las relaciones
económicas entre sujetos. Puso en vigencia la política del “dejar hacer,
dejar pasar”, estableciendo como institución el mercado autorregulado y
el estado como custodio de la propiedad privada.
El liberalismo económico se hizo famoso en Europa cuando Adam Smith
publicó en 1776 “La riqueza de las naciones”, en este texto se promovía
la abolición de la intervención gubernamental en asuntos económicos: no a
las restricciones a la manufactura, no a las barreras al comercio, no a
los aranceles. El libre comercio era, según Smith, la mejor forma de
desarrollo de la economía de una nación.
Tales ideas eran liberales en el sentido que promovían la ausencia de
controles. Esta aplicación del individualismo estimuló la libre empresa
y la libre competencia. En estas circunstancias, los capitalistas por
una parte pudieron acumular riquezas sin límites, y por otra, los
trabajadores comenzaban a sentir los efectos del liberalismo económico.
La falta de preocupación por las condiciones de los trabajadores
demostrada por los liberales burgueses, se expresó en el establecimiento
de prolongadas jornadas laborales sin ningún control de los menores de
edad y las mujeres, en bajos salarios y en condiciones deplorables de
los lugares de trabajo. Esto, llevó a los obreros a crear organizaciones
sindicales y a fundar partidos socialistas, que iniciaron una
persistente defensa de los derechos de los trabajadores. Los partidos
socialistas pusieron énfasis en la necesidad de hacer realidad las
abstractas libertades políticas y económicas enunciadas por la burguesía
liberal, a las que sumaron su lucha por una mayor igualdad y
confraternidad entre las personas. Es así como el movimiento socialista
hace suyas las consignas de la Revolución Francesa, en lo referente a
las libertades políticas. A la lucha de los socialistas, se debe la
conquista del sufragio universal, el cual era un privilegio sólo para
los propietarios de fabricas, comercios y tierras. Además las luchas de
los trabajadores y de los socialistas, lograron conquistas como la
reducción de las jornadas de trabajo a ocho horas, y señalaron los
inconvenientes que “la ley de la selva” sancionada por los liberales en
lo económico, ocasionaba al bienestar de las grandes mayorías
constituidas por la clase trabajadora.
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